Carlos Acosta, el poeta que ha puesto en alto el nombre de la localidad Rafael Uribe Uribe en diferentes parajes y confines de la geografía colombiana. Nacido en Facatativá en 1954 y desde sus 20 años desarrolló su potencial literario. Recuerda con nostalgia su primera publicación, “Selección de Poemas”, que era un folleto que contenía diez de sus obras. Y aunque desde el grado tercero de primaria amó las letras y los versos cuando con asombro infantil escuchó de boca de uno de sus profesores: “Una noche, una noche toda llena de perfumes de murmullos y de música de alas, una noche en la que ardían en la sombra nupcial y húmeda las luciérnagas fantásticas…”, entonces bajo la magia de la obra de José Asunción Silva, intuyó que su vida transitaria sobre el crisol de las letras.
Fue hasta el año de 1994, cuando huyendo de sus duelos, ocasionados por la pérdida de los seres más queridos, encontró su refugio ideal en las calles, pintorescas del barrio Molinos Marruecos, en donde decidido echar raíces, y en donde ha desarrollado la mayor parte de sus obras hasta la actualidad.
El Poeta Itinerante, como le llaman en algunos rincones del país, ha elevado su voz, en parajes y confines de nuestra bella Colombia, como la heróica Cartagena, Santander del sur y el Eje Cafetero, con su poética que conquista y penetra como un amoroso mensaje, el alma inocente de los infantes, con versos de su autoría, capaces de despertar el ritmo interior. Puesta en escena que realiza con espontaneidad y profesionalismo. Un ejemplo de estos podría ser:
“Las jirafas elegantes,
con sus patas
tan largotas,
van marcando
los pasitos,
caminando despacito”.
En el viejo Caldas, “la ciudad de puertas abiertas”, fue en donde dejó volar sus versos de octubre, en el municipio de Villa María, y en la plaza de Bolívar de esta histórica ciudad. Disfrutaron también de su histrionismo en municipios del Quindío, como Salento y Filandia, donde realizó un evento de creación propia, que llamó “Balcón y Ventana poética”, aprovechando la arquitectura colonial de sus pueblos y la calidez de sus gentes.
Al culminar su más reciente gira de tres meses, con un taller denominado “Café Literario”, en el Punto de Gestión Cultural de su entrañable Rafael Uribe Uribe, compartió con los asistentes la experiencia viajera a través de la cual, según sus palabras, “ me reencontré con la capacidad catártica que puede llegar a tener la poética sobre las emociones y pensamientos de todos los seres humanos, independiente de su condición y edad”. Ojos brillantes,lágrimas, rostros sorprendidos, alegría desbordante, expresiones de agradecimiento y una amplia gama de manifestaciones, fueron la demostración mas evidente que a través de la poética es posible, así sea por un breve destello de tiempo, llegar a cambiar vidas.