Foto: SCRD
Los Distritos Creativos son territorios que respiran e inspiran al arte, la cultura y al emprendimiento, con el fin de transformar social, cultural y económicamente a nuestra ciudad, Bogotá.
Dentro de estos espacios nacen ideas de emprendedores que buscan convertirse en un referente de la escena artística en la capital del país, a través de la materialización de esos pensamientos que alguna vez, fueron un sueño.
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En esta oportunidad recorre las instalaciones de uno de esos emprendimientos, y viajaremos al pasado para conocer sus orígenes y cómo se convirtieron en una historia para relatar; hoy es el turno de Turmequé.
Turmequé, Distrito Creativo y Diverso La Playa
En medio de las localidades de Chapinero y Teusaquillo encontramos el Distrito Creativo y Diverso La Playa, un espacio inclusivo que abre las puertas de sus cafés, bares, teatros y restaurantes a cualquier persona que desee visitarlo.
“Hemos querido ser un espacio que haga sentir cómodo a cualquiera, en especial por la presencia de la comunidad LGBTIQ+ en el espacio”, Sebastián Mejía.
En medio de este espacio invadido por un olor inconfundible a pólvora, y unas luces de neón penetrantes que te hacen sentir sumergido en un ambiente retro colombiano, el cual evoca en sus visitantes un poco de esa nostalgia criolla, que va perfectamente ligada a este Patrimonio Cultural e Inmaterial de Colombia, el tejo, nacen múltiples historias y recuerdos de grupos de amigos o familiares que cada día deciden visitar este lugar y se van sin poder olvidarlo.
De esta misma forma, en ambientes similares a los que hoy en día administran, a Sebastián Mejía, Ana María Rodríguez y Fabio Morales les surgió la idea de llevar a cabo un establecimiento para las nuevas generaciones de bogotanos que estaban dejando a este deporte en una posición de olvido.
Inicialmente este proyecto se originó en el Distrito Creativo San Felipe, espacio del que tuvieron que salir debido a las restricciones de ruido que se permitían en esos tiempos.
Aproximadamente a finales de 2019, se trasladan a esta nueva sede, la cual además de permitirles unos mayores decibeles, iba de la mano con sus principios fundamentales de generar un ambiente abierto y apto para todas las personas que deseaban dar una oportunidad a experimentar nuevos ambientes.
Aquel proyecto que, en palabras de Sebastián, “fue hecho con las uñas y con sus ahorros”, hoy en día reúne a las familias bogotanas en una cultura nueva que gira en torno al tejo.
Además, allí se busca apoyar a los emprendedores locales para articular un gran trabajo mancomunado en el cual el cliente pueda salir completamente satisfecho, así pues, la cerveza que venden es completamente artesanal, de una casa independiente, y así mismo es su gastronomía, la cual está a cargo de la Cerdipollería, una cocina especializada en transformar platos típicos en un estallido de sabores más fuerte que el de una “mecha”.
Turmequé es más que un ejemplo de cultura y emprendimiento, es un lugar ideal para hacer un plan distinto en Bogotá, pues gracias a una propuesta novedosa de jóvenes emprendedores hoy podemos promover espacios cada vez más vivos y agradables para el disfrute diurno y nocturno de las y los bogotanos y sus visitantes.
