En esta segunda entrega de La Creación en la Escuela, hablamos con Dago García, director, guionista y productor de cine colombiano, y padrino de la categoría audiovisual del Festival Escolar de las Artes, que se realiza en colegios públicos y privados de la ciudad.
La Creación en la Escuela es una serie de cuatro capítulos en la que hablaremos con creadores y creadoras sobre las diferentes formas de arte que puede expresar la humanidad.
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Transcripción Ep 2. La creación audiovisual con Dago García
Bienvenida: Así suena Bogotá Creadora, un podcast de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte. En este espacio se habla, se escucha y se cuenta la creación en Bogotá.
Periodista: Hola, damos la bienvenida a las y los oyentes de Así suena Bogotá Creadora. En este episodio de la serie Creación en la Escuela estamos hablando de el papel del cine en la escuela con nada más y nada menos que el reconocido guionista, libretista y productor bogotano Dago García.
Actualmente Dago se desempeña como vicepresidente de producción de Canal Caracol. Ha sido escritor de cine, televisión y teatro desde la década de los 90 y ha estado involucrado en más de 80 producciones audiovisuales, varias de ellas tan exitosas que le lo han hecho merecedor de importantes premios nacionales e internacionales, como el Simón Bolívar, el India Catalina, TV y Novelas, y recientemente el primer Premio Goya de Colombia con la película ‘El olvido que seremos’, basada en el libro de Héctor Abad Faciolince, con quién también tenemos un podcast.
Dago, bienvenido a Así Suena Bogotá Creadora.
Dago: Hola, ¿Cómo están? ¿Cómo les va?
Periodista: Yo quería iniciar esta conversación preguntándote ¿Cómo empezaste tú acercarte al mundo del cine y la televisión? Digamos que, ¿fue desde niño que empezó como este este sistema creativo llamarte?
Dago: Sí. La primera aproximación con la dramaturgia fue casi accidental y casi sin que yo tuviera conciencia lo que estaba sucediendo. Fue en mis tiempos de colegio. Yo tuve dos profesores de la materia de español que por alguna razón vieron en mí alguna posibilidad de desarrollo de la dramaturgia. Uno de ellos me encargó para un acto del colegio que montara una obra de teatro llamada ‘Timidito y Francón’, y me pidió que la montara como director, ni siquiera como actor, sino que hiciera la puesta en escena y la dirigiera. Yo no entendí por qué me encargaba esa tarea a mí, pero la asumí con curiosidad, con entusiasmo, hice el montaje y me fue bien. Y luego, en otra clase de español, dos grados después, tuve que hacer una exposición sobre La Vorágine, la obra de José Eustaquio Rivera, entonces terminé haciendo una exposición no convencional y fue montando una obra de teatro sobre La Vorágine, osea con toda la audacia de cuando uno en niño, monté una selva en el salón de clase. Y ya en el último grado, para el Día de la Madre yo montaba unas pequeñas comedias costumbristas, pero nunca pensé que me iba a dedicar a esto en la vida. En ese momento pensaba que quería ser periodista deportivo, y yo hacía esto por un gusto espontáneo. Solo descubrí que esto podía ser un camino de vida cuando entré a la universidad. Entré a estudiar Comunicación Social, en la Universidad Externado, y allá me encontré con algunos profesores que canalizaron esa energía creativa y esa vocación espontánea y poco reflexionada. En la universidad ya asumí la dramaturgia como lo que iba a ser mi opción de vida.
Periodista: ¿Cómo fue que ocurrió este giro en la universidad? Porque tú ibas super encaminado a ser periodista deportivo. ¿En qué momento ocurrió ese giro en el que tú dices, no, a mí definitivamente lo que me gusta hacer esto y quiero empezar a meterme por el lado del cine?
Dago: Eso se lo debo al profesor Gilberto Bello, era un crítico de cine y dictaba una materia que se llamaba Cine. En el primer semestre teníamos un acercamiento a todos los posibles medios de comunicación. Teníamos clase de radio, televisión y redacción, y teníamos esa clase de cine, y Gilberto era un profesor muy inspirador. En clase nos puso a ver películas que nunca habíamos visto, porque para nosotros el cine era única y exclusivamente entretenimiento. Y gracias a las películas y las lecturas y a los trabajos que nos puso en clase empezamos a descubrir que el cine también era una forma de expresión y una profesión que necesitaba una formación y profesionalismo. Y yo creo que este profesor les cambió la vida a muchos de sus estudiantes, como que los reenfocó y descubrió en ellos una vocación que se podía explotar, y de ahí surgió una generación grande de externaditas que por fortuna hoy en día estamos vinculados a los medios de comunicación.
Periodista: ¿Tu hoy te imaginas trabajando en otro que no fuera el cine y la TV? Si esto no hubiera ocurrido en tu vida ¿Qué crees que estarías haciendo?
Dago: Definitivamente creo que sería periodista deportivo. Los deportes siguen siendo una pasión para mí, los sigo por los medios, conozco mucho, me gusta personalmente.
Periodista: Para ti ¿Qué es lo que hace tan potente el audiovisual? ¿Qué es lo que los seres humanos podemos contar a través de esta herramienta de lo audiovisual?
Dago: Lo audiovisual, como cualquier otra forma de expresión narrativa permite crear mundos y metáforas con las cuales se pueden hacer muchas cosas. Una metáfora del mundo puede servir para tratar de olvidarse por algunas horas de una realidad dura y agresiva. También puede servir para reflexionar sobre esa verdad dura y agresiva, y también puede servir para cambiar esa realidad. Siempre la creación de universos “artificiales” logra que esas construcciones se comparen con la vida, y de esa comparación pueden surgir muchas cosas buenas que son entretenimiento, reflexión, detonantes para el cambio. Y si hay un medio que permite crear esos mundos de una manera real y fantasiosa es el audiovisual. Los caminos de la literatura, el teatro y la radio tienen ciertas limitaciones (que mirándolas desde otras perspectivas pueden ser también ventajas), pero si quisiéramos encontrar metáforas del mundo muy aproximadas a lo que vemos y vivimos en el mundo real, está lo audiovisual. Y hoy en día con las nuevas tecnologías ese tipo de experiencias con las realidades virtuales acercan cada vez más la experiencia del audiovisual a la experiencia de la vida real. Y lo importante aquí es saber dónde está el límite de una y de la otra, y poder establecer esas relaciones dialécticas entre mi vivencia como personaje real y mi contacto con lo audiovisual. Creo que es una relación que se puede explotar de mil maneras y que permite muchas relaciones con el producto audiovisual que van desde el entretenimiento hasta la reflexión profundo y hacia posibilidades de crear y reconstruir un mundo mejor del que tenemos.
Periodista: Bueno quisiera ligar esto a que me contarás cómo ha sido tu experiencia como padrino del Festival Escolar de las Artes. ¿Cómo ha sido tu relación con los niños y qué aprendizajes has tenido?
Dago: Tuvimos un gran primer encuentro en la inauguración del programa. Estoy preparando una ‘master class’ para ellos, un poco explicándoles cómo esto el mundo audiovisual y luego tendremos que estar en contacto como tutor de los trabajos que van a hacer. Creo que tener contacto con la juventud y los niños siempre es incluso más formativo para quien hace las veces de tutor que para el mismo muchacho. Ellos siempre tienen un elemento que uno va perdiendo con el tiempo pero que el trabajo creativo es fundamental que es la espontaneidad. Si hay algo que alimenta el trabajo creativo de cualquier tipo, sea visual, literario o periodístico, es la espontaneidad. Y cuando estás entre jóvenes y niños lo que tienes es cúmulo de espontaneidad sin límites. Creo que se establece una relación sana creativa e inspiradora, de mutuo beneficio y crecimiento, y eso siempre es beneficioso para las dos partes.
Cortinilla: El Festival Escolar de las Artes es una estrategia que invita a las escuelas y colegios de Bogotá a explorar la capacidad creadora y la producción cultural en la comunidad educativa.
Periodista: ¿Qué es lo que te parece potente de este proyecto o por qué crees que es importante que los niños y niñas desde la escuela aprendan sobre artes y específicamente cómo expresarse a través del audiovisual?
Dago: Finalmente logra desarrollar una dimensión del ser humano que por momentos en el proceso educativo olvidamos y que creo que le está haciendo más falta al mundo que nunca, que es la dimensión sensible. Un ser sensible es un ser que es paciente, tolerante, comprensivo y generoso. Las categorías racionales del conocimiento y la educación clásica desarrollan otro tipo de conocimientos y habilidades mucho más pragmáticas, pero a veces olvida esa otra dimensión del ser humano que es la que nos hace comunidad. Cuando el Sistema educativo se toma en serio el arte y la cultura, está tomándose en serio esa dimensión sensible que nos hace mejores seres humanos.
Periodista: ¿Cuál consideras que debería ser el primer paso en las escuelas y los colegios para empezar a implementar este modo de expresión?
Dago: Creo que el primer paso en cualquier proceso de aprendizaje de un lenguaje es la posibilidad de tener acceso a las herramientas. Los primeros contactos que el ser humano debe tener con el lenguaje deben ser directo y ojalá poco mediado por los tutores o los profesores o la gente que les da consejos. El primer contacto con un lenguaje debe ser intimo y personal, libre de cualquier prejuicio, totalmente espontáneo y que permita convertir el error en fuente de conocimiento. Creo que en el aprendizaje de formas de expresión el equivocarse es fundamental, el equivocarse te ayuda a apropiarte de le herramienta y convertirla en tuya. Y creo que para que los muchachos puedan equivocarse y apropiarse de la herramienta es necesario darles la herramienta.
Periodista: En tu caso, ¿Qué es lo que más disfrutas de la creación audiovisual?
Dago: Cualquier trabajo audiovisual, por sus características, siempre es como un camino de la ilusión al desconsuelo y al posterior enamoramiento. Porque siempre cuando tienes una idea en la cabeza todo es posible, uno es feliz y siente que tiene la gran idea y que puede ser cualquier cosa porque no existe. A medida que vas avanzando en el trabajo, cuando ya tienes la primera historia sientes que pierdes algo, cuando tienes el guion sientes que perdiste otro poquito, cuando tienes un casting sientes que perdiste otro poquito, cuando ves por primera vez la película y el video realizado te preguntas ¡Dios mío! ¿Qué pasó con esa idea que tenía que quedó convertida en esto? Pero luego empieza un proceso que es el que más disfruto yo, que es el de volverte a enamorar de lo que finalmente hiciste. Porque es muy difícil, y tampoco creo que sea sano, que eso que tenías en la cabeza termine siendo lo mismo, en parte porque el trabajo audiovisual implica la participación de muchas personas. Es una forma de expresión muy particular porque es colectiva. Cualquier película o video es una experiencia colectiva, diferente a una pintura, esta la hace el pintor y nadie más, el escrito, nadie más, el poeta, nadie más, en cambio lo audiovisual si implica la presencia del grupo y esas primeras ideas que tienen están mediadas por el trabajo de mucha gente. Total, que al final lo que tienes no exactamente lo que tenías en la cabeza, sino un producto final en el que intervinieron muchas sensibilidades. Después de ese desconsuelo que sientes, volver a enamorarte en los procesos de postproducción de edición y finalmente ver salir de la sala de edición el resultado del trabajo, ese punto lo disfruto.
Periodista: ¿Cómo consideras que los niños, niñas y jóvenes pueden contribuir hoy al mundo del cine?
Dago: Son los que van a hacer el cine de aquí a mañana, y por eso insisto en que los primeros contactos con las herramientas de lo audiovisual no deben ser instrumentales ni cargadas de mucha teoría o intencionalidad, porque creo que realmente cuando logras expresarte de manera sincera en el audiovisual, cuando logras contar tus verdades, tus convicciones, ayudas al debate social. No hay nada más perjudicial que usar una herramienta para transmitir cosas que no me perteneces, o que no me tocan, o que no vienen de los más profundo de mi corazón. Creo que si uno logra inculcarles a los muchachos que usen la herramienta de una forma sensible en el futuro podemos tener una industria audiovisual sólida, diversa, una historia audiovisual competitiva y útil para la sociedad.
Periodista: Y ya para finalizar, ¿Qué película le inculcarías a los niños y niñas?
Dago: Hay tantas películas…pero les recomendaría mi película favorita, que es de Federico Fellini, que se llama Amarcord. Ya tiene sus años, es uno de los clásicos de Fellini, uno de los maestros del cine italiano. Y es una película que tiene esas características de lo que hemos hablado. Muy sincera, muy del alma y la entraña d Fellini y es una de las películas en las que yo creo que este gran maestro pudo expresar su sensibilidad y su forma de ver el mundo. Me parece que es un buen ejemplo de lo que debería ser el cine.
Periodista: Bueno, Dago, muchas gracias por haber asistido a Así Suena Bogotá Creadora, y a quienes nos escuchan, nos encontramos en una próxima oportunidad.