Escudriñando en la red temas para escribir el artículo semanal sobre la localidad, me topé con una publicación de 2009 titulada "Bogotá, una memoria viva", en donde encontré historias que cuentan la otra historia, la que revela hechos de la memoria colectiva y que hacen parte de la identidad de los habitantes con la ciudad, aquellas que permiten descubrir aspectos relevantes y curiosos del pasado. En esta edición comparto con ustedes algunos escritos simpáticos de la ciudad, la publicación completa se encuentra disponible en: http://archivobogota.secretariageneral.gov.co/sites/default/files/docume...
Puente Aranda
Puente Aranda deriva su nombre del puente construido por el oidor Francisco de Anuncibay, quien llegó a la Nueva Granada hacia 1573, y que cruzaba sobre el río Chinúa en el terreno cenagoso de Juan Aranda. Posteriormente se inició la construcción de un camellón hacia el occidente que atravesó la Sabana para facilitar a los viajeros el paso por el inmenso humedal de Aranda y crear así un canal de comunicación con Honda, principal puerto sobre el río Magdalena. El antiguo puente de Aranda se utilizó hasta 1944, cuando se inició la construcción de la avenida de las Américas, proyecto promovido por la Sociedad Colombiana de Arquitectos. A pesar de que era monumento histórico nacional, el Puente de Aranda fue demolido en 1979 para construir los actuales puentes elevados que comunican la avenida de las Américas con la calle 13. Por muchos años, en este lugar, también estuvieron las estatuas de Isabel la Católica y Cristóbal Colón, que ahora se encuentran en la avenida al aeropuerto de Bogotá.
Muzú
Muzú tuvo el primer aeropuerto Aunque se suele creer que el primer aeropuerto de Bogotá fue el de Techo, ubicado frente a lo que hoy es el monumento de Banderas, en Ciudad Kennedy, lo cierto es que fue en el barrio Muzú donde se construyó la primera pista, en lo que entonces era una finca ganadera. Allí, en 1920, el piloto Helmuth Von Krhon, de la Sociedad Colombo Alemana de Transporte Aéreo, Scadta, planeó en una aeronave ante la mirada atónita de cientos de ciudadanos que se congregaron para verlo. Esta pista funcionó hasta 1924, cuando se adecuó otra en la finca El Vergel, hoy un barrio bogotano, y que funcionó hasta 1928. En este año, la Scadta compró a la comunidad de los Jesuitas la Hacienda de Techo, en donde construyó su propia pista de decolaje y aterrizaje de aeronaves. Finalmente, en 1959, el aeropuerto de Techo desapareció cuando fue construido el aeropuerto de El Dorado.
Hipódromos en Bogotá
El primer hipódromo que existió la ciudad, -llamado La Gran Sabana de Bogotá-, tuvo un comienzo experimental y corrió con poca suerte, por allá en los años veinte. Al no tener el triunfo esperado se hizo un segundo intento con el hipódromo La Merced, que no tuvo mucha acogida; luego se hizo un tercer intento con el llamado La Magdalena. En los años treinta, los empresarios Ricardo Cubides, José María Gómez Campuzano y Gustavo Uribe Ramírez pusieron al servicio de los bogotanos un nuevo hipódromo, más conocido como el Hipódromo de la 53. Los equinos más recordados y que dejaron huella por sus excelentes espectáculos fueron Macedo, Talero, Pibe y Rioduquera. A comienzos de 1952, el médico Jenaro Rico consideró la posibilidad de usar los terrenos aledaños al antiguo aeropuerto de Techo, en donde estaba ubicada la hacienda San Isidro, para que se construyera allí un nuevo hipódromo, que hasta mediados de los años ochenta se conoció como el Hipódromo de Techo.
Presencia afro en Bogotá
Es común la idea de que la presencia de afrodescendientes en Bogotá es reciente. Sin embargo, es necesario decir que esa presencia está presente desde el nacimiento de la ciudad misma. Llegaron con los conquistadores, y no solamente como esclavizados, sino como capataces, militares y otros oficios. Su aporte a la ciudad ha sido inmenso y va desde las labores de la casa, el trabajo agrícola, ganadero y minero, así como los aportes en la música, la literatura, la política y otras ciencias. Hay una leyenda que dice que el presidente Juan José Nieto era fde origen afrodescendiente, pero los retratistas de la época se dieron a la tarea pictórica de "blanquearlo".