Los pasados 30 de septiembre, 23 de octubre y 18 de noviembre, se realizaron tres encuentros entre ciudadanía, agentes culturales y delegados institucionales, en el marco de la estrategia "Conversando sobre Derechos Culturales" y desarrollada por el renovado programa "Culturas en Común de IDARTES ahora adscrito a la subdirección de formación artística y con nuevas apuestas en torno al trabajo con la comunidad en los territorio. El objetivo de estos espacios era posibilitar un diálogo directo con los actores principales del medio artístico local y con la comunidad, en lo que respecta a la garantía de sus Derechos Culturales. En la localidad se contó con líderes de larga trayectoria.
Estos diálogos permirieron un espacio, en el que desde diferentes herramientas, los asistentes pusieron el tema de la cultura, la ciudadanía de derechos y el entorno general de los derechos culturales sobre la mesa, para finalmente entrar en un contexto histórico de la configuración de estos Derechos, un recorrido desde la promulgación de los Derechos del hombre en el siglo XVIII, los derechos humanos en el siglo XX y el reconocimiento de los Derechos Culturales en Colombia a través de la Constitución de 1991. Sin embargo, en el salto del papel a la realidad han ocurrido varias transformaciones e intentos por acercarnos cada vez más al reconocimiento y la integración del Arte y la Cultura como elementos esenciales para la conformación de nuestra sociedad.
Gracias a estas conversaciones pudimos evidenciar a través de la mirada de los líderes culturales, cuales son aún las falencias en la consecución de la garantía de estos Derechos. Por un lado, deben considerarse aún más espacios de escucha y atención a las necesidades reales de los artistas locales, quienes aún carecen de reconocimiento. En este mismo camino, existe la sensación de que muchas de las acciones (convocatorias, becas y apoyos) que se realizan desde las instituciones no están siempre de la mano de las carencias de los agentes culturales locales. Por otro lado, deben considerarse desde las entidades, la constitución de procesos estructurales, que tengan continuidad y no caduquen con cada administración.
Quizá lo más valioso de esta conversación, es que pudimos reconocer, que, la prioridad para todos los que tenemos como meta la defensa y el cumplimiento de los derechos culturales, es concientizar a cada integrante de la comunidad de la importancia invaluable del arte y la cultura. Son estos, nuestra herramienta esencial para sanar las heridas de nuestra sociedad, para resignificar la cotidianidad, fortalecer nuestra identidad y pertenencia y sobre todo crear vínculos duraderos al interior de nuestros territorios.
Queda sin duda, un trecho largo por andar, alegra y alivia saber que estamos en el camino de construir conjuntamente y a través del diálogo un contexto en el que nuestros Derechos Culturales sean prioritarios.