Tenemos que aferrarnos a la fuerza de la construcción, de la creación, a esa fuerza que generamos en colectivo, y esa fuerza es la que nos lleva a no estar de acuerdo en todo, pero si, en que la violencia no es la solución.
Es momento de recordar que a Bogotá la hemos construido con diálogo, con tolerancia, con las diferencias, con creatividad y con amor. Porque Bogotá se teje con identidad, con canto, con música, con teatro y cine.
Bogotá cuida la vida para seguir creando y construyendo una fuerza más poderosa de la mano del diálogo, de aceptar las diferencias, de separar las ideas de las personas. Hoy, la fuerza más poderosa somos todos.