Foto: SCRD
Nicolás Montero Domínguez
Secretario de Cultura, Recreación y Deporte
De todas las formas que el ingenio humano ha encontrado para transformar la realidad, quizás sólo la creación artística ofrece la doble posibilidad paradójica de permitirnos ser otros para conocernos mejor a nosotros mismos. Leemos a José Donoso y somos el viento de las mañanas en un pueblo por donde el tren dejó de pasar, los cultivos que la rodean, las mujeres y el hombre que la habitan. Durante un rato dejamos nuestra personalidad en pausa, nuestra identidad suspendida, y atravesamos la lectura como quien entra a un baile, y así hasta el silencio de la última página. Luego volvemos, y somos otra vez quienes éramos, pero no completamente quienes éramos: algo cambió, algo se hizo más profundo, alguna parte de nosotros mismos se iluminó o se hizo más tenue.
La creación nos enriquece, abre las alas de nuestra experiencia y nos permite compartir nuestra narrativa vital. Creamos, también, desde lo que somos, desde las preguntas que nos habitan, los retos que asumimos, los mundos que soñamos. Toda creación resulta un diálogo y en ese diálogo todo se transforma: el creador, el receptor, la comunidad. Todo. Por eso es tan importante conocer creaciones que broten de todas las experiencias posibles. Por eso es tan importante vivir con los ojos atentos para encontrar en lo cercano y cotidiano la expresión de lo artístico, de la cultura, que nos impulse a expandir el horizonte, a construir nuevos símbolos, a comprender mejor nuestra vida y la de los demás.
Este Día del Orgullo LGBTI habrá muchas recomendaciones sobre creadores y creadoras de géneros diversos, es la oportunidad de habitar a través de la cultura otras formas de reconocerse en el mundo. Ya sean los textos de Pedro Lemebel, o la novela de Camila Sosa Villada, o la poesía siempre renovada de Safo; ahí está la creación para que tejamos puentes y renovemos nuestra experiencia del mundo. Están también los resultados de los estímulos a la creación priorizados para la comunidad LGBTI, con los cuales sumamos nuestra parte desde Bogotá a esta conversación. Leer, conocer, habitar otras formas de ver el mundo nos entregará a todos y todas una realidad enriquecida, más llena en sus matices, más dispuesta a escuchar y a conversar. Que ese sea nuestro orgullo colectivo: hacer del encuentro con los demás una celebración.
Ya habrán citado en otras columnas este verso bellísimo de Rimbaud: “Yo es otro”. Vuelvo a ponerlo aquí porque hoy vale la pena reencontrarlo. Yo es otro, y todos y todas somos #OrgulloBogotá.
